Tipos de masajes:
Terapéuticos. Estos masajes se utilizan para tratar trastornos neuromusculares o musculoesqueléticos. Su objetivo es facilitar la eliminación de toxinas y estimular la circulación de la sangre para mejorar el estado de los tejidos musculares.
Estéticos. En este caso, el tratamiento consiste en mejorar o mantener el estado de la piel. Este tipo de masaje se utiliza, por ejemplo, para tratar la celulitis.
Ámbito deportivo. Cuando competimos, el cuerpo debe estar siempre en la mejor forma posible. En este sentido, hay tres etapas en las que los masajes son útiles: la pre competición, la pos competición y las lesiones.
Relajante. Este tipo de masaje activa y regenera el organismo. Durante la manipulación, el paciente libera endorfinas, lo que regula la tensión, favorece el confort y aumenta la sensación de descanso.
En materia de prevención. Se puede utilizar en el ámbito deportivo, cuando un deportista tiene tendencia a lesionarse, pero también con cualquier paciente. Todo el mundo tiene un punto débil que se queja en situaciones de nervios o estrés. Este tratamiento te ayudará a evitar que el dolor aparezca de forma reiterada