El lifting facial, también conocido como ritidoplastia, es un procedimiento que busca corregir los signos de envejecimiento facial como la flacidez, la pérdida de volumen del rostro y la caída de los tejidos subyacentes.
Dependiendo de la zona a tratar, el lifting puede ser de cara y cuello (cervicofacial), solo de cuello (plastimoplastía), frontal o minilifting.
Esta intervención permite reposicionar los tejidos y redefinir el cuello y la mandíbula, dando volumen a la zona de los pómulos y restableciendo el óvalo de la juventud.
El lifting puede realizarse aislado o asociado con otros procedimientos como la cirugía de párpados (blefaroplastia) o rellenos.
La cirugía es ambulatoria y se realiza bajo anestesia general, o más frecuentemente, local con sedación. Las incisiones se ocultan en el cuero cabelludo o detrás de las orejas. No es una intervención dolorosa, pero pueden aparecer pequeños moretones que se resuelven en una semana aproximadamente.
Indicaciones
Esta intervención está indicada en todos aquellos pacientes que quieren rejuvenecer el aspecto de su cara y su cuello. Aunque los signos de envejecimiento facial suelen aparecer a partir de los 40 años, es a partir de los 50 cuando se hacen más visibles y cuando se suele requerir esta intervención.
Cirugía
La incisión se realiza en el cuero cabelludo, borde anterior de la oreja y región retroauricular, diseñada para ser casi imperceptible. A través de la misma, se tensan las estructuras que dan soporte a la piel y después se extirpa la piel sobrante.
Postoperatorio
Suele ser bien tolerado en la mayoría de los casos. Puede que se noten molestias en la zona que se calman con los analgésicos por vía oral. Los primeros días puede haber algo de inflamación que va cediendo poco a poco. Se recomienda mantener la cabecera elevada durante los primeros días para disminuir la inflamación. La incorporación a la vida cotidiana puede variar de 10 a 15 días y se debe evitar el deporte durante el primer mes.
Córdoba, Argentina
